martes, 11 de marzo de 2014

Sesión 1

CITAS DE NIETZSCHE


¡Hola a todos! Nietzsche, como el gran genio que era, era un maestro en hacer observaciones sagaces y en resumir en pocas palabras mucha sabiduría. Aquí tenéis una selección de sus citas y aforismos.


1.      El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.

2.      Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos.

3.      El destino de los hombres está hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de épocas felices.

4.      La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre.

5.      Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los “cómos”.

6.      Sin música la vida sería un error.

7.      La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio.

8.      Los que más han amado al hombre le han hecho siempre el máximo daño. Han exigido de él lo imposible, como todos los amantes.

9.      “Bendito sea el que olvida, porque a él pertenece el paraíso.”

10.  “Cuando se tienen muchas cosas que meter en él, el día tiene cien bolsillos.”

11.  “Cuántos hombres se precipitan hacia la luz, no para ver mejor sino para brillar.”

12.  “Ehrlich gesagt, ab und an ist es hilfreich sich zu ärgern, damit alles gut läuft.”. Traducción: “Hablando francamente, es preciso que nos encolericemos alguna vez para que las cosas marchen bien.”

13.  “De nadie estamos más lejos que de nosotros mismos.”

14.  “Dios ha muerto, viva el hombre, que lo ha matado.”

15.  “El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro.”

16.  “El cristianismo dio de beber veneno a Eros: este, ciertamente, no murió, pero degeneró convirtiéndose en un vicio.”

17.  “El Hombre, en su orgullo, creó a Dios a su imagen y semejanza.”

18.  “El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa .”

19.  “El que niega su propia vanidad suele poseerla en forma tan brutal, que debe cerrar los ojos si no quiere despreciarse a sí mismo.”

20.  “El que no pueda bendecir, que aprenda a maldecir.”

21.  “El remordimiento es como la mordedura de un perro en una piedra: una tontería.”

22.  “Es necesario llevar en sí mismo un caos, para poner en el mundo una estrella danzante.”

23.  “Es preferible morir a odiar y temer: es preferible morir dos veces a hacerse odiar y temer.”

24.  “Fe significa no querer saber la verdad.”

25.  “Hay espíritus que enturbian sus aguas para hacerlas parecer profundas.”

26.  “Hay que volver a la muchedumbre, su contacto endurece y pule, la soledad  ablanda y pudre.”

27.  “La crueldad es uno de los placeres más antiguos de la humanidad.”

28.  “La decisión cristiana de considerar que el mundo es feo y malo ha hecho al mundo feo y malo.”

29.  “La manera más desagradable de replicar en una polémica es la de enojarse y la de callar, pues el agresor interpreta ordinariamente el silencio como un desprecio.”

30.  “La mentira  más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano.”


31.  “La única diferencia entre Dios y yo es que yo existo.”





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Ahora, reflexionemos juntos:


- ¿Es la sociedad de hoy día nietzscheana? 

- ¿Y cada uno de vosotros?







DEBERES


Elige 4 de las citas anteriores y escribe un pequeño ensayo o análisis explicándolas. Si es posible, relaciona las citas e ideas entre sí.


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EL TEXTO



NIETZSCHE,   El crepúsculo de los ídolos, capítulo “La ‘razón’ en la filosofía”, apartados 1, 4 y 6  (trad. A. Sánchez Pascual,  Madrid, Alianza, 1998, pp. 51, 53-54 y 55-56).
1
“¿Me pregunta usted qué cosas son idiosincrasia en los filósofos?… Por ejemplo, su falta de sentido histórico, su odio a la noción misma de devenir, su egipticismo. Ellos creen otorgar un honor a una cosa cuando la deshistorizan, sub specie aeterni [desde la perspectiva de lo eterno],    -cuando hacen de ella una momia. Todo lo que los filósofos han venido manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus manos no salió vivo nada real. Matan, rellenan de paja, esos señores idólatras de los conceptos, cuando adoran, ‑se vuelven mortalmente peligrosos para todo, cuando adoran. La muerte, el cambio, la vejez, así como la procreación y el crecimiento son para ellos objeciones, ‑incluso refutaciones. Lo que es no deviene; lo que deviene no es… Ahora bien, todos ellos creen, incluso con desesperación, en lo que es. Mas como no pueden apoderarse de ello, buscan razones de por qué se les retiene. “Tiene que haber una ilusión, un engaño en el hecho de que no percibamos lo que es: ¿dónde se esconde el engañador? ‑”Lo tenemos, gritan dichosos, ¡es la sensibilidad! Estos sentidos, que también en otros aspectos son tan inmorales, nos engañan acerca del mundo verdadero. Moraleja: deshacerse del engaño de los sentidos, del devenir, de la historia [Historie], de la mentira, ‑la historia no es más que fe en los sentidos, fe en la mentira. Moraleja: decir no a todo lo que otorga fe a los sentidos, a todo el resto de la humanidad: todo él es “pueblo”. ¡Ser filósofo, ser momia, representar el monótono-teísmo con una mímica de sepulturero! ‑ ¡Y sobre todo, fuera el cuerpo, esa lamentable “idée fixe” [idea fija] de los sentidos!, ¡sujeto a todos los errores de la lógica que existen, refutado, incluso imposible, aun cuando es lo bastante insolente para comportarse como si fuera real!…”   (…)
4.
La otra idiosincrasia de los filósofos no es menos peligrosa: consiste en confundir lo último y lo primero. Ponen al comienzo, como comienzo, lo que viene al final ‑¡por desgracia! , ¡pues no debería siquiera venir!- los “conceptos supremos”, es decir, los conceptos más generales, los más vacíos, el último humo de la realidad que se evapora. Esto es, una vez más, sólo expresión de su modo de venerar: a lo superior no le es lícito provenir de lo inferior, no le es lícito provenir de nada… Moraleja: todo lo que es de primer rango tiene que ser causa sui [causa de sí mismo]. El proceder de algo distinto es considerado como una objeción, como algo que pone en entredicho el valor. Todos los valores supremos son de primer rango, ninguno de los conceptos supremos, lo existente, lo incondicionado, lo bueno, lo verdadero, lo perfecto -ninguno de ellos puede haber devenido, por consiguiente tiene que ser causa sui. Mas ninguna de esas cosas puede ser tampoco desigual una de otra, no puede estar en contradicción consigo misma… Con esto tienen los filósofos su estupendo concepto “Dios”… Lo último, lo más tenue, lo más vacío es puesto como lo primero, como causa en sí, como ens realissimum [ente realísimo] … ¡Que la humanidad haya tenido que tomar en serio las dolencias cerebrales de unos enfermos tejedores de telarañas! -¡Y lo ha pagado caro!…      (…)
6
Se me estará agradecido si condenso un conocimiento tan esencial, tan nuevo, en cuatro tesis: así facilito la comprensión, así provoco la contradicción.
Primera tesis. Las razones por las que “este” mundo ha sido calificado de aparente fundamentan, antes bien, su realidad, ‑otra especie distinta de realidad es absolutamente indemostrable.
Segunda tesis. Los signos distintivos que han sido asignados al “ser verdadero” de las cosas son los signos distintivos del no‑ser, de la nada, ‑a base de ponerlo en contradicción con el mundo real es como se ha construido el “mundo verdadero”: un mundo aparente de hecho, en cuanto es meramente una ilusión óptico-moral.
Tercera tesis. Inventar fábulas acerca de “otro” mundo distinto de éste no tiene sentido, presuponiendo que no domine en nosotros un instinto de calumnia, de empequeñecimiento, de recelo frente a la vida: en este último caso tomamos venganza de la vida con la fantasmagoría de “otra” vida distinta de esta, “mejor” que ésta.
Cuarta tesis. Dividir el mundo en un mundo “verdadero” y en un mundo aparente”, ya sea al modo del cristianismo, ya sea al modo de Kant (en última instancia, un cristiano alevoso), es únicamente una sugestión de la decadence, -un síntoma de la vida descendente… El hecho de que el artista estime más a la apariencia que la realidad no constituye una objeción contra esta tesis. Pues a la “apariencia” significa aquí la realidad una vez más, sólo que seleccionada, reforzada, corregida… El artista trágico no es un pesimista, ‑dice precisamente sí incluso a todo lo problemático y terrible, es dionisíaco…”.


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