LAS TRES TRANSFORMACIONES DEL ESPÍRITU
¿Qué puede simbolizar cada uno de estos personajes?
¿Qué posible relación hay entre ellos?
¿Os identificáis con alguno?
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Se le asignará a
cada uno alguno de los siguientes roles: camello, león o niño (los papeles a
desempeñar y sus propiedades se caracterizarán conjuntamente, entre toda la
clase antes de comenzar a jugar). Se les expondrá diferentes situaciones
conflictivas en las que, a modo de juego de rol, deben responder cómo actuarían
acorde a su personaje (trabajo en grupo de unas diez personas) y
entablar un debate (grupo de toda la clase).
1. Estás
muy cansado tras un largo día de estudio y sólo piensas en irte a la cama a
dormir. Un amigo te llama recordándote que teníais una fiesta esa misma noche a
la que te habías comprometido ir. ¿Qué haces?
2.
Tus
padres quieren que estudies una carrera de prestigio por el bien de tu futuro.
Sin embargo, tú piensas dedicarte a algo que a ellos no les agrada. ¿Qué
decides hacer?
3.
Imaginaos
una situación en la que coincidís los tres personajes y tenéis que describir la
España actual. ¿Qué opinión tendríais?
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TEXTO: Las tres
transformaciones del espíritu
Tres
transformaciones del espíritu os menciono: cómo el espíritu se transforma en
camello, y el camello en león, y el león, finalmente, en niño.
Hay muchas cosas
pesadas para el espíritu, para el espíritu fuerte, de carga, en el que habita
la reverencia. Su fortaleza demanda cosas pesadas, y las más pesadas.
¿Qué es pesado?,
así pregunta el espíritu de carga, y se arrodilla, como el camello, y quiere
que lo carguen bien.
¿Qué es lo más
pesado, oh héroes?, así pregunta el espíritu de carga, para que yo cargue con
ello y mi fortaleza se regocije.
¿Acaso esto no
es: humillarse para lastimar a su orgullo? ¿Hacer brillar su locura para
burlarse de su sabiduría?
¿O acaso es:
apartarnos de nuestra causa cuando ella celebra su victoria? ¿Subir a altas
montañas para tentar al tentador?[1]
¿O acaso es:
alimentarse de las bellotas y de la hierba del conocimiento y sufrir hambre en
el alma por amor a la verdad?
¿O acaso es:
estar enfermo y enviar a paseo a los consoladores, y hacer amistad con sordos,
que nunca oyen lo que tú quieres?
¿O acaso es:
sumergirse en agua sucia cuando ella es el agua de la verdad, y no apartar de
sí las frías ranas y los calientes sapos?
¿O acaso es:
amar a quienes nos desprecian[2] y tender la mano al fantasma cuando
desea causarnos miedo?
Todas esas
cosas, las más pesadas, lleva sobre sí el espíritu de carga: semejante al
camello que cargado corre al desierto, así corre él a su desierto.
Pero en lo más
solitario del desierto tiene lugar la segunda transformación: El espíritu aquí
se transforma en león, desea capturar la libertad y ser señor en su propio
desierto.
Aquí busca a su
último señor: quiere convertirse en enemigo de él y de su último dios, luchará
por la victoria con el gran dragón.
¿Cuál es el gran
dragón, al que el espíritu no quiere llamar ya señor ni dios? El gran dragón se
llama »Tú debes«. Pero el espíritu del león dice »yo quiero«.
El »Tú
debes« se halla apostado en su camino, como un animal escamoso de áureo
fulgor, y sobre cada escama brilla áureamente »¡Tú Debes!«
Valores
milenarios brillan en esas escamas, y el más poderoso de todos los dragones
habla así: »Todo el valor de las cosas – brilla en mí.«
»Todo valor ha
sido ya creado, y todo valor creado – soy yo. ¡En verdad, no debe haber más
ningún ›Yo quiero‹!« Así habla el dragón.
Hermanos míos,
¿para qué se requiere del león en el espíritu? ¿No basta la bestia de carga,
que renuncia y es respetuosa?
Crear valores
nuevos – todavía el león no puede hacer eso: mas crearse libertad para nuevas
creaciones – eso puede hacer el poder del león.
Crearse libertad
y un no sagrado incluso frente al deber: para eso, hermanos míos, se requiere
del león.
Tomarse el
derecho de nuevos valores – ése es el tomar más horrible para un espíritu de
carga y respetuoso. En verdad, eso es para él robar, y cosa propia de un animal
de rapiña.
En otro tiempo
amó el »Tú debes« como lo más sagrado: ahora tiene que encontrar
ilusión y arbitrariedad incluso en lo más sagrado, de modo que robe el quedar
libre de su amor: para este robo se requiere del león.
Pero decidme,
hermanos míos, ¿qué puede hacer el niño que ni siquiera el león ha podido
hacer? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño?
El niño es
inocencia y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que gira por sí misma,
un primer movimiento, un sí sagrado.
Sí, para el
juego de la creación, hermanos míos, se requiere de una afirmación sagrada: el
espíritu quiere ahora su voluntad,
el que perdió el mundo gana ahora su mundo.
Tres
transformaciones del espíritu os he mencionado: cómo el espíritu se transformó
en camello, y el camello en león, y el león, finalmente, en niño. –
Así habló
Zaratustra. Y por aquel entonces residía en la ciudad que es llamada: La Vaca
Multicolor.
Obra a la que pertenece este texto: Así habló Zaratustra.
Los alumnos
serán introducidos en la lectura y explicación de este escrito a las nociones
de:
1.
Voluntad
de poder
2.
Superhombre
3. Nihilismo
- DEBERES: Como trabajo
para casa, que entregarán en la próxima sesión al profesor (y tendrá en
cuenta a la hora de evaluarles), harán un esquema numérico exponiendo las ideas
principales del texto. Esto no ocupará más de media cara de folio. Además de
darles el texto, se le entregará a los estudiantes un folio en el que vengan ya
más definidos los perfiles del camello, león y niño nietzscheanos con un
lenguaje más concreto y filosófico.
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